El origen del «Toro Embolado»
El origen del Toro Embolado, tal y como lo conocemos actualmente se remonta a finales del siglo XIX donde se produjo un avance definitivo en la adecuación del arte de embolar a las reses que participan en esta modalidad.
La fiesta popular del Toro Embolado tal y como la conocemos hoy día en la Comunitat Valenciana se remonta a finales del siglo XIX. Su origen se debe a la necesidad de alargar los festejos taurinos hasta la noche, por lo que la única manera de poder hacerlo era embolando un toro, con el objetivo de iluminar las calles y que hubiese visibilidad, ya que en aquella época aún no contaban con el alumbrado actual.
Su origen se debe a la necesidad de alargar los festejos taurinos hasta la noche, por lo que la única manera de poder hacerlo era embolando un toro, con el objetivo de iluminar las calles y que hubiese visibilidad, ya que en aquella época aún no contaban con el alumbrado actual
Fue entonces cuando también comenzó a utilizarse el collar de cascabeles o campanillos con el que se aparejaba al toro y que servía para escuchar al toro por donde iba, en el caso de que se apagaran las bolas.
Todavía hoy día se utiliza esta aparejada por muchas cuadrillas de Emboladores, porque resulta de gran utilidad cuando se acaba el fuego de las bolas. Los campanillos, al iniciar su arrancado la res, comienzan a sonar y desde varios puntos del recinto taurino donde se celebra el festejo de Toro en la Calle (Bou al Carrer) se pueden escuchar.
Los elementos necesarios y que se utilizan en la actividad conocida como Embolada son: Tenaza, herrajes, antorcha, cuerda, pilón
A principios del siglo XX, el toro embolado comenzó a implantarse en muchos pueblos de la Comunitat, siendo una de las tradiciones de mayor arraigo y que se ha conservado prácticamente inalterable. Hoy en día, en muchos pueblos no se puede concebir un festejo taurino sin el conocido por los valencianos como Bou Embolat. De hecho, todavía en muchas poblaciones, sobre todo de Valencia, el toro de la noche adquiere incluso mayor protagonismo que el de la tarde y se espera con mayor expectación el momento de la embolada.
Imagen: Archivo, Maite
Fuente: Unio d´Emboladors / Museu del Bou